martes, 13 de septiembre de 2011

El Fusil Heredado

Tiene que haber un lugar donde vayan a parar todos nuestros sueños, y los que quedan por soñar, tiene que existir el lugar donde puedan respirar tranquilos, llenarse de cielo los pulmones, cambiar la lágrima, y la sangre, y el fusil, y la rabia, por aunque sea, un instante de paz.
Pero el segundo de paz no existe, el olvido no existe, y el perdón no existe, ante los hechos tan necesariamente nombrados que hasta puede resultar repetitivo volver a nombrar.
Muchas veces confunden el recuerdo con el rencor, ¿con que sentimientos habríamos de recordar lo más triste, pálido y perverso de nuestra historia? El recuerdo no es recuerdo si no es sincero, y no es recuerdo si no es completo, y lo que hoy vengo a recordar, no es precisamente un hecho feliz, por eso, no es rencor, y está muy lejos de serlo, el recuerdo asesino y encallado es noción, y aunque no podamos respirar tranquilos ni llenarnos de cielo los pulmones ante ese recuerdo que anuda la garganta, si podemos estar vivos, en la lucha, en el amor y la tristeza, si podemos transitar la vida o lo que queda de ella con calma, siempre y cuando conservemos la noción, el recuerdo completo, la imagen nítida; porque eso, junto con la lucha, las ideas, el amor no solo a la patria, sino que a la humanidad, es el único fusil que tenemos, y el único fusil que vendrá, el único fusil que pueden soportar nuestras manos blandas y delicadas pulidas y aceitadas por el nuevo milenio y la nueva confusión, ese es el ejemplo, el que hay que recordar, algunos lo harán con tristeza, otros con calma, otros con resignación o felicidad, y otros con odio, pero el sentimiento con el que se recuerda el recuerdo sea el que sea, está muy lejos de ser rencor, como dije, no hay que confundir la noción ni la nitidez del recuerdo con el rencor.
Ese es, a pesar del tiempo, de los largos y angustiosos años de impunidad, que de a poco van llegando a su fin, el único fusil heredado, el ejemplo que nos dejaron, el ejemplo que si lo seguimos, tarde o temprano, aunque no podamos respirar la vida del recuerdo tranquilos, si nos hará, algún día, y después de la lucha que nos toque, aunque sea una nueva lucha, distinta a su lucha, menor a su lucha, aunque sea una lucha cotidiana, aunque sea contra un molino o contra las palabras, el ejemplo que nos hará morir y vivir el resto de la muerte tranquilos, con los pulmones rebalsados de aire y de cielo, con los ojos ciegos bien abiertos, y la voz más fuerte que nunca.

Fidel maguna (ues rosario)

No hay comentarios: